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"Benderama" es el decimoséptimo episodio de la sexta temporada de producción y el quinto de la Temporada 6 de Futurama.

El título hace una referencia al título de la propia serie.

Trama[]

El episodio empieza cuando el Profesor Farnsworth inventa una máquina que puede escanear un objeto y producir dos copias más pequeñas de éste, pero que se necesita algo de materia que se consuma en el proceso.

Duplicados de Bender
Lo utiliza en un principio para escanear un suéter para sí mismo, ya que con la vejez su cuerpo se va reduciendo a la vez que su sensación de frío aumenta. El Profesor le pide a Bender que doble sus dos suéteres, a lo que inicialmente se niega. El robot roba el aparato replicador, se lo mete en la cavidad torácica y la utiliza para hacer dos copias de sí mismo para que cada una pliegue un suéter. Sin embargo, antes de que puedan hacerlo, la tripulación de Planet Express (incluidos los dos nuevos Benders) es enviada a entregar un cargamento de productos de higiene personal para un gigante humanoide extranjero, de aspecto terriblemente feo, que vive en una cueva.

Al llegar a su destino, se encuentran con el gigante, el cual soporta todo los comentarios de la tripulación acerca de su apariencia hasta que Fry, sin darse cuenta, insulta a su madre, haciendo que empiece a atacarlos. El extraterrestre casi destruye la nave, pero la tripulación logró escapar.

En la Tierra, Bender le pide a sus copias que le hagan cuatro cigarros, ante lo que éstas, teniendo una pequeña versión de replicador del Profesor en el pecho, se replican a sí mismas con el fin de hacer las cuatro tareas. El proceso continúa hasta que hay 11 generaciones de Benders corriendo alrededor de la oficina. El equipo se mueve rápidamente para exterminar a todos los duplicados, pero Bender deja unos de ellos para que lo ayude con las tareas. Ésta sola copia da lugar a un nuevo enjambre que mantiene la reproducción y consume toda la materia de su alrededor, incluyendo un sofá de Bender y la cerveza. El Profesor llega a preocuparse de que finalmente, los mini-Benders se coman a la Tierra. Sin embargo, Leela señala que, dado que los mini-Benders son alimentados por alcohol, se dejaran de reproducir una vez que éste se agote. Cuando esto sucede, el equipo barre los robots y los echan por el inodoro.

Un rato después, el Profesor Farnsworth toma un baño, pero se sorprende al encontrar que el agua de la bañera se había convertido en el alcohol. Deduce que algunas de las copias sobrevivieron y han llegado a reducir su tamaño a una escala atómica molecular, donde pueden sintetizar directamente el alcohol a partir de agua y dióxido de carbono. Como resultado, el suministro de agua dulce del planeta se acaba y toda la población se emborracha. En medio de esta situación, el extraterrestre gigante llega a la Tierra a pedir disculpas por su exabrupto anterior, pero todo el mundo, desinhibido por el alcohol, se vuelve a burlar de él. Zapp Brannigan intenta acabar con él con un tanque, por lo que el gigante, incapaz de contactarse con el terapeuta que le ha estado ayudando a tratar con sus problemas de ira, vuela otra vez de rabia y comienza a convulsionar la ciudad. Bender, el único miembro de la tripulación que permanece sobrio, se compromete a luchar contra el extraterrestre a cambio de que Fry le doblara al profesor sus dos suéteres. El robot utiliza las hordas de pequeños duplicados para formar un Bender gigante y luchar contra el gigante feo mano a mano. Aunque pierde la lucha por un insulto a la madre de su oponente, el enjambre lo vence consumiéndolo y haciéndolo desaparecer.

Al final de la lucha, Bender les pide a sus copias que le ayuden a resolver los otros problemas del mundo, pero como son demasiado perezosos deciden dejar la Tierra. A la mañana siguiente, mientras los otros miembros del equipo se recuperan de una terrible resaca, el Profesor se complace en señalar que por fin alguien dobló sus suéteres. Cuando Fry le pregunta a Bender si él lo había hecho, aprendiendo una lección sobre la pereza, Bender le responde crípticamente que tal vez lo hizo, o que tal vez se quedó con uno de los mini-Benders para hacer el trabajo por él. A continuación, exhala el humo de un cigarro, que resulta estar compuesto por miles de Benders microscópicos, mientras ríe maníaticamente.

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